He vuelto...


Sí, ya sé... Han pasado más de ocho años desde la última vez que escribí por aquí, pero así es la vida. Cuando salí de Venezuela pensaba que sería por unos meses, mientras se calmaba la situación o había un cambio en el país, pero bueno, ya sabemos que cambio no hubo, ni habrá por un buen rato. Sin embargo agradezco estos ocho años en los que he vivido de todo. 

He sido periodista, camarera, community manager, dependienta, migrante, extranjera, sudaca, en fin... Me encantaría volver a una redacción, a vivir de contar historias, de salir a la calle para cubrir todo tipo de hechos y poder contarlos desde mi perspectiva, pero de momento, en España, no lo veo posible. Sin embargo, sé que mi valor como persona va más allá de un puesto en una redacción y que afortunadamente la comunicación ha evolucionado tanto, que ahora puedo ser yo misma mi redacción, mi canal, mi medio, para seguir haciendo lo que me gusta y me apasiona. 

Siempre tengo las ganas, pero no siempre el tiempo, porque hay que vivir, y esa vida implica trabajar, en lo que sea, para producir. Sí, parece un trabalenguas, pero ajá, que hay que trabajar para cubrir los gastos de la vida. 

Hace unos días activé mi canal de YouTube, porque me parece injusto que ya no se hable sobre la realidad de Venezuela, porque no soporto que se haya normalizado la convenvencia con un régimen que, al día de hoy, todavía viola los derechos humanos de todo un país y que no sólo perjudica a quienes quedan dentro del territorio, sino que constantemente busca la manera de joder a los más de 7 millones de venezolanos que, por una u otra razón, hemos tenido que salir del país. 

Quiero hablarle al mundo de lo que pasa en mi país cada día, que a nosotros ya no nos sorprende, pero que para cualquier ciudadano de un país "normal" es insólito. Muchos venezolanos se acostumbraron a mal vivir en medio de la precariedad, de la supervivencia, de la falta de servicios básicos, de la vida en la que si tienes, puedes estar un poco mejor, pero que no importa lo que pase a tu alrededor, siempre y cuando no te afecte. 

La gente se agotó del tema político, con toda la razón del mundo, pero más allá de eso, hay todo un país en el que la vida es de todo, menos normal, donde cada día hay que sortear problemas que van desde la falta de agua y luz, hasta la pobreza extrema de la mayoría de la población, la precaria educación que hay, la falta de oportunidades, el atraso, la falta de libertades económicas, políticas y sociales, el malandraje institucionalizado. 

Sí, ya sé que hay mucha gente que dice que la vida continúa, a pesar de eso, pero cuánto me gustaría que las personas dejaran de resignarse y que se dieran cuenta de que hay una vida más allá del caos venezolano. Pero bueno, que no voy a reescribir la biblia, sólo quería contarles que trataré de ser constante por aquí, porque siempre quiero escribir y espero que del otro lado haya alguien que me quiera leer.

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